Título: Te vas sin decir adiós
Autora: Sarah Dessen
Traducción: Elena Abos
Saga: -Precio: 17
Editorial: Maeva Young
ISBN: 9788415893257
Desde el amargo divorcio de sus padres, Mclean y su padre se han mudado varias veces; han vivido en cuatro ciudades durante los últimos dos años. Alejada de su madre y de su nueva familia, Mclean ha seguido a su padre dejando el infeliz pasado atrás. Y cada nuevo lugar le da la oportunidad de adoptar una nueva personalidad: pasa de ser animadora a una diva del teatro, hasta que, ahora, por primera vez, descubre el deseo de permanecer en un lugar y simplemente ser ella misma. Tal vez Dave, su vecino, la puede ayudar.
Lo primero que quiero hacer es dar las gracias a Juanma del blog Tsunami de libros por regalarme este libro por mi cumpleaños <3. Tenía muchas ganas de probar a esta clamada autora y gracias a él he podido hacerlo. Al llevar el listón tan alto al principio me decepcionó un poco, sin embargo en la segunda mitad del libro entendí porque la manera de escribir de Dessen es tan especial.
Al principio tiene un comienzo lento, no me enganchaba... No paraba de preguntarme por qué todo el mundo hablaba bien de esta autora. La historia no era nada del otro mundo, quizás algo original dentro del género realista, le faltaba chispa, y conversaciones, sobre todo eché de menos conversaciones entre los personajes que me hicieran reír.
Cual fue mi sorpresa cuando ya, no esperaba que mejorase, empece a ver la verdadera pluma de la autora. Para mí, comienza lo mejor de la historia, el ritmo se hace ameno y podemos ver hasta donde va a llegar el argumento. Sobre todo lo que más me gusto es el trasfondo. Una novela que habla de la superación y de la búsqueda de uno mismo. Al final la manera de narrar de la autora me abrumó, puesto que me hizo sentir todo lo que no había sentido durante el resto del libro.
—Me chifla este tipo de cosas. Cuando era pequeña, adoraba las miniaturas.
—¿Miniaturas? —pregunté.
—Sí, las casas de muñecas y esas cosas. Sobre todo las históricas: casitas de la época de la Guerra de la Independencia, orfanatos victorianos, ese tipo de miniaturas. —¿Orfanatos? —preguntó Dave.
—Claro. —Deb parpadeó—. ¿Qué pasa? Las casas de muñecas las tiene todo el mundo. Yo era más creativa jugando.
—Dave también —le dije—. Le molaban las maquetas de trenes.
—No eran trenes —replicó Dave, molesto—, sino recreaciones de batallas, y muy serias.
—Oh, ¡me encantaba recrear batallas! —exclamó Deb—. Por eso terminé con tantos orfanatos.
Me los quedé mirando.
—¿Pero que tipo de infancia habéis tenido vosotros?
Sí que se podría decir que la historia es original, porque trata el tema del divorcio de los padres de Mclean, pero no es un divorcio común, sin embargo la autora lo trata con normalidad: un tema cotidiano, haciéndonos reír a menudo.
Lo único que me faltaba es más personalidad en los personajes. La protagonista,
Mclean, con la que he
empatizado y a la vez me ha sacado de quicio, por su empeño en ser quien no es, en mentir a todo el mundo... Entiendo que lo ha pasado mal, sin embargo creo que si hubiera sido un poco más fuerte todo lo ocurrido se hubiera podido ahorrar. Al final mejora. Mi personaje favorito sin duda es
Dave, un chico muy listo que me ha fascinado (de más a menos) durante el libro. Es un chico sencillo que solo busca la amistad y vivir la vida a su modo. Me he reído mucho con él y con
Deb, mi otro personaje preferido. Introducir tantos personajes secundarios como hay ha sido una gran idea para enriquecer el libro.
“Aquella mañana habían pasado tantas cosas. Pero esa imagen, ese momento, sería el que recordaría horas más tarde, después de haber llegado a salvo a la acera y habernos separado, cada uno en dirección a sus clases: la sensación de que el mundo se movía bajo mis pies, con una mano aferrada a la mía, sabiendo que, si me caía, al menos no caería sola.”
La relación de amistad que se produce entre los protagonistas y también algunos personajes secundarios me ha encantado. Es preciosa, y nos enseña mucho. También hay romance, del que a mí me gusta, apenas imperceptible pero está ahí. Son taaan monos.
El final me parece el adecuado, ni demasiado ideal ni demasiado dramático. A caballo entre las dos cosas, yo lo definiría con una palabra: realista. Es el broche perfecto.
Te vas sin decir adiós es un libro que os recomiendo si queréis leer algo distinto, original, si os gusta la gastronomía, las historias de amor a fuego lento y sobre todo las que tienen moraleja. Con un comienzo algo flojo, y una segunda parte muy buena.